La vida del planeta depende de los ecosistemas. Conocerlos y entender los beneficios que tienen para la humanidad es fundamental para asegurar un futuro sostenible. Por esta razón, el Centro ODS para América Latina y el Caribe (CODS), a través de su estrategia CODSpace, desarrolló el webinar “Teledetección y valoración de los servicios ecosistémicos”, con la participación de tres ponentes internacionales.
El webinar, moderado por el director (e) del Centro ODS, Felipe Castro, contó con la participación de Divar Castro, investigador de la Escuela Superior Politécnica del Litoral y del Centro Nacional de Acuicultura e Investigaciones Marinas (Cenaim) de Ecuador; Jenny Rodríguez, profesora de la Escuela Superior Politécnica del Litoral y del Cenaim y Francisco de la Barrera, profesor de la Universidad de Concepción e investigador del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus) de Chile.
De acuerdo con Felipe Castro, el estudio de los servicios ecosistémicos a través de diferentes metodologías, como las que usan los expertos en sistemas de información geográfica (SIG), son esenciales para comprender los beneficios que los seres humanos recibimos de la naturaleza, además de comprender cómo funcionan y qué necesitan para mantenerse sanos y resilientes. De los servicios ecosistémicos, recordó Castro, “recibimos agua limpia, aire limpio, alimentos entre otros servicios más complejos. ¿Cómo los estamos afectando? Esa es una pregunta muy importante para el desarrollo sostenible, pues los ecosistemas son la base de los ODS”.
Servicios ecosistémicos en los océanos
La primera presentación estuvo a cargo de Divar Castro, quien explicó cómo desde el Cenaim han trabajado en la teledetección de la diversidad marina y de los estudios de los servicios ecosistémicos. Los servicios ecosistémicos en el océano Pacífico de Ecuador que se pueden estudiar a través de sistemas de información geográfica tienen que ver con: servicios de provisión, como la pesca; de regulación, como la estabilización de las costas; los de soporte, como la biodiversidad y la formación del suelo y los servicios culturales, como los valores simbólicos y estéticos.
En el Pacífico ecuatoriano, señalaba Divar Castro, existe una zona muy importante por la cantidad de especies marinas diversas. “Tenemos tanto especies de agua cálida como de agua fría y procesos ecosistémicos que benefician la calidad de vida de las personas”. Con los sistemas de información geográfica, agregó, se puede tener “acceso a información no visible al ojo humano, como la temperatura y la humedad, la cobertura de datos global y el acceso a la información en tiempo real y la información verificada, respaldada y gratuita”. A través de diferentes sensores y de teledetección, en Cenaim se ha estudiado la distribución espacial de las especies, la temperatura superficial del mar y cómo han cambiado las condiciones climáticas en zonas determinadas.
Con estos datos, agregó el expositor, se ha logrado establecer un enfoque ecosistémico de la acuicultura, de tal manera que se observan muchas veces los cambios en la producción de camarones y , a su vez, los cambios en los ecosistemas. De esta manera, se pueden analizar otros procesos como la producción de semillas de ostras y los niveles de clorofila. “Ecuador es un país con gran variabilidad de temperatura y tenemos especies como el dorado, de agua caliente, y el atún y las sardinas, que son más de aguas frías. A través de métodos in situ y con información satelital podemos ver la incidencia de las temperaturas en estas especies”. En los últimos años, se han realizado monitoreos meteorológicos y oceanográficos con más precisión y en diferentes periodos.
En segundo lugar, Jenny Rodríguez, también profesora e investigadora en Cenaim, habló sobre la importancia de los estudios de los servicios ecosistémicos marinos. La biodiversidad marina, señaló, es la mayor en la Tierra, “con cerca de 250.000 especies censadas en 2010 . El 90% de los organismos son microbios en ambientes muy competitivos, donde se producen cócteles químicos de potente bioactividad”. Rodríguez hizo énfasis en las investigaciones que se han realizado en la Reserva Marina el Pelado (Remape), ubicada en la costa ecuatoriana y donde hay diferentes corrientes que hacen de este lugar uno de los más biodiversos de la región.
En la investigación que han realizado desde el centro han logrado caracterizar hábitats y generar inventarios de macroinvertebrados y, a través de la sistematización de la información, se han buscado aplicaciones biotecnológicas en la salud humana y animal de metabolitos y microorganismos biodescubiertos. Después de realizar la purificación y determinación de la estructura molecular de metabolitos aislados, se han logrado hallazgos importantes de metabolitos aplicados a la salud humana, principalmente para el tratamiento de enfermedades como el cáncer de hígado, pulmón, colon, mama y páncreas.
En la reserva marina El Pelado, agregó la expositora, existen diferentes variedades de octocorales, lo que ha permitido hacer diferentes estudios tanto de bacterias cultivables como de metabolitos. Estos hallazgos permiten generar futuras aplicaciones biotecnológicas y también establecer patrones de los organismos marinos. Por otro lado, con los sistemas de información geográfica han generado diferentes cartografías, así como mapas de calor y otros en los que aparece la distribución de organismos, las corrientes marinas, entre otra información clave para determinar las características de los servicios ecosistémicos.
Incluso, con sistemas de información geográfica y metodologías in situ, en el Cenaim han contribuido a estudios sobre conservación, como las interacciones del octocoral Carijoa riisei con otros corales y organismos que se ven amenazados por este octocoral que viene del mar Caribe y ha diezmado corales en el Pacífico colombiano y en Ecuador . “La información recopilada nos puede permitir encontrar sitios de refugio de vida para los octocorales y establecer las condiciones oceanográficas que influyen en el frente ecuatorial”.
Estudio de los servicios ecosistémicos en las ciudades
La última presentación estuvo a cargo de Francisco de la Barrera, profesor de la Universidad de Concepción e investigador del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus) de Chile. Para comenzar, de la Barrera hizo énfasis en el paradigma en el que están enmarcados los ODS. A diferencia de planes mundiales anteriores, en la Agenda 2030 queda claro que la vida terrestre y la naturaleza hacen posible la sociedad y por ende la economía. Para alcanzar un desarrollo sostenible, es necesario que el crecimiento económico tenga en cuenta los límites planetarios. En ese sentido, los servicios ecosistémicos son vitales para “la mantención y el mejoramiento del bienestar humano”.
En América Latina y el Caribe es esencial realizar más estudios relacionados con los servicios ecosistémicos, pensando en mediciones, modelaciones, delimitaciones de ecosistemas y clasificaciones. A manera de ejemplo, de la Barrera señaló que idealmente se deben estudiar los servicios de soporte, los servicios finales y los bienes y beneficios. Los bosques, por ejemplo, tienen una función de relentización del flujo de agua y como servicio está la protección frente a las inundaciones. Esto genera una contribución a determinantes del bienestar tales como la salud y la seguridad. En ese sentido, el expositor recomendó un enfoque novedoso para evaluar los servicios ecosistémicos múltiples, teniendo en cuenta los beneficios de los ecosistemas en diferentes dimensiones, no solo en la económica.
Actualmente, señaló, desde el Cedeus están evaluando ocho ciudades con espacios verdes urbanos a través de sistemas de información geográfica, particularmente con imágenes de Sentinel y Landsat. Se ha clasificado lo que está dentro del espacio verde urbano y con distintas capas se valoran los servicios ecosistémicos en zonas determinadas de las ciudades. Se han realizado, por ejemplo, estudios sobre detección de servicios ecosistémicos relevantes en cada cuenca, detección y cambio de los ecosistemas después de eventos como incendios, evaluación de los usos del suelo y planes de infraestructura ecológica regional.
Lo que busca el enfoque para la evaluación de servicios ecosistémicos múltiples, agregó el expositor, es tener en cuenta los beneficios múltiples de los servicios ecosistémicos partiendo de tres ejes: servicios de aprovisionamiento, culturales y de regulación. En este sentido, es necesario evaluar desde las experiencias estéticas hasta la purificación de aguas dulces o el mejoramiento de la calidad de suelo. Los servicios ecosistémicos más demandados, señaló de la Barrera, son : el agua, el suelo, las especies, la agricultura, la estética y la recreación. Y existen, adicionalmente, tres prioridades urgentes de restauración: recuperar la provisión de servicios ecosistémicos hídricos, recuperar la productividad de los suelos y en tercer lugar, la funcionalidad de los ecosistemas para proveer hábitat.
Todos estos servicios ecosistémicos múltiples se han logrado estudiar con diferentes sistemas de información como MODIS, Sentinel, Land Cover, catastro de áreas verdes, Landsat, entre otros. Uno de los objetivos de estas investigaciones, como señaló de la Barrera, es dejar de ver solo el valor monetario de los ecosistemas para empezar a comprender los beneficios múltiples que le ofrecen al planeta y cómo se pueden proteger.
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