Los bosques y su relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Este fue el tema de la segunda clase complementaria al Mooc gratuito del Centro ODS y la Universidad de los Andes sobre la Agenda 2030 en América Latina y el Caribe. En esta ocasión, el director (e) del Centro, Felipe Castro, sostuvo una clase con Germán Andrade, biólogo y profesor de los Andes, sobre la importancia de los bosques en el futuro del planeta.
En esta clase virtual, a la que asistieron más de 250 personas, se tocaron varios temas y los expositores intentaron responder a 70 preguntas que enviaron los asistentes. Uno de los primeros puntos que Andrade mencionó fue el siguiente: los bosques son esenciales para alcanzar los 17 ODS; en algunos casos, como en el 15 (Vida de Ecosistemas Terrestres), es clara su relación, mientras que en otros puede ser más difusa pero siempre están entrelazados con la sostenibilidad del planeta y la humanidad.
Para comenzar, Andrade señaló que existen diferentes definiciones de bosque: hay sabanas arboladas, formaciones forestales abiertas y usualmente, para catalogar a un ecosistema como bosque, se suele tener en cuenta la estructura, la cubierta arbórea y su superficie. Usualmente, agregó, se trata de una superficie arbórea superior a una hectárea. Sin embargo, en América Latina y el Caribe existen muchos tipos de bosques, principalmente en los países tropicales, que son esenciales para la ecología de la región.
Si bien es cierto que el ODS 15 habla específicamente sobre los bosques y alerta sobre una pérdida en promedio de 13 millones de hectáreas de bosques al año en el planeta, estos ecosistemas son la base para cumplir con otros ODS, como el 12 y el 13, producción y consumo responsable y acción por el clima, respectivamente, y frente otros ODS relacionados con el bienestar humano. Como explica Andrade en esta clase, los bosques, además de ser ecosistemas que actúan como reservorios de carbono, funcionan como espacios de amortiguación para preservar las especies y proteger la salud pública, previniendo, por ejemplo, el contagio de virus que vienen de los animales.
De acuerdo con Andrade, históricamente los bosques se han priorizado por ser reservorios de carbono, por ser vitales para la biodiversidad y, actualmente, por ser esenciales para cumplir las metas relacionadas con el calentamiento global y por su rol en los ciclos del agua. Sin los bosques, señaló, será difícil garantizar la seguridad hídrica del planeta.
Pese a que en en Suramérica el 31% de los bosques están en áreas protegidas, existen problemas para conservarlos y hacen falta planes de restauración. Justamente cuando se habla sobre desarrollo sostenible, dijo Andrade, se debe buscar el mejoramiento de los territorios a través de nuevas políticas de conservación. No se trata, agregó, de hacer conservación desplazando a la población hacia las ciudades. “Debe haber conservación con equidad y justicia ambiental”.
Tanto Castro como Andrade hablan en la clase sobre los usos sostenibles de los bosques. Sin embargo, señalaron que existe un descontrol en las fuerzas del mercado y en las economías ilegales. De hecho, durante la pandemia se están disparando las fuerzas extractivas y hay indicios de un aumento importante de la deforestación. En el caso de la Amazonía, resulta preocupante el aumento en la pérdida de bosques, pues el 20 % de la circulación del agua y del aire depende de esta región. Hasta la fecha, tenemos certeza que el 17 % de la cuenca amazónica ha perdido sus bosques.