En un corto y mediano plazo, el Covid-19 generará impactos ambientales importantes: el aumento de la pobreza, así como la disminución de los recursos estatales para la protección de los ecosistemas, son tan solo dos factores que pueden incidir en un deterioro general de la naturaleza. Para analizar en detalle estos efectos, los académicos Alejandro López Feldman, Carlos Chávez, María Alejandra Vélez, Hernán Bejaraon, Ariaster Chimieli, José Féres, Juan Robalino, Rodrigo Salcedo y César Viteri, publicaron un artículo académico titulado Impactos ambientales y respuestas políticas al Covid ‑ 19: Una mirada desde América Latina.
El documento, publicado por la revista Environmental and Resource Economics, expone las principales afectaciones ambientales que puede causar el Covid-19 en la región. Para empezar, los autores señalan que, a diferencia de otras regiones del planeta, América Latina y el Caribe corre un riesgo mayor por las características de expansión del virus y su situación socioeconómica. “En julio 3 de 2020 teníamos 2.7 millones de casos confirmados en Latinoamérica, en comparación con 1.3 millones en la Unión Europea y 2.8 millones en Estados Unidos. Hasta ahora se han registrado más de 120,000 muertes en la región y las tendencias muestran que la primera ola de la pandemia está lejos de terminar”.
Contaminación del aire y deforestación
Un primer impacto de la pandemia ha sido la disminución de NO2 y CO en ciudades como Bogotá, Buenos Aires y Quito por las medidas de aislamiento. Sin embargo, las reducciones no se han presentado de manera uniforme en todas las ciudades latinoamericanas. En México, por ejemplo, la disminución de SO2 y de las partículas PM 2.5 y PM 10 han sido modestas en comparación con las mediciones anteriores a la pandemia. Y en Río De Janeiro, como lo demuestran los investigadores, las concentraciones de este tipo de partículas contaminantes han incrementado.
Por otro lado, la contaminación exterior e interior puede aumentar en las zonas rurales. En México, así como en otros países de la región, es probable que el uso de madera aumente en la medida en que las familias rurales intenten subsistir ante la reducción de ingresos por cuenta de la pandemia. Ante la carencia de servicios públicos como el gas, la madera aparece como única opción de energía en los hogares.
Frente a la deforestación, las alertas tempranas en Perú han demostrado que esta disminuyó entre marzo y abril en comparación con los niveles en el mismo periodo durante 2018. No obstante, en Brasil las autoridades documentaron un incremento del 50% de hectáreas deforestadas en el primer trimestre de 2020. Y en abril, añade el artículo, la deforestación aumentó 64% con respecto al mismo mes de 2019. Si bien no hay evidencia de que estos incrementos estén relacionados con la pandemia, sí demuestran problemas de eficiencia estatal para mejorar estos indicadores.
En Colombia, pese a la reducción en deforestación en 2019, en 2020 las tendencias de este fenómeno aumentaron. La ausencia de presencia estatal durante la pandemia en zonas estratégicas hizo que grupos armados aprovecharan la situación para apropiarse de territorios biodiversos, generando deforestación para desarrollar actividades ilícitas como la siembra de cultivos de coca y la minería ilegal. Otro factor que genera preocupación es el aumento de contagios de Covid-19 en la Amazonía, donde, según la Organización Panamericana de la Salud, las comunidades indígenas están atravesando con una crisis que amenaza su gobernanza territorial en ecosistemas estratégicos.
Otros impactos en el medio ambiente
Además de los impactos mencionados, existen otros que están relacionados con la crisis financiera. En Costa Rica, por ejemplo, la industria turística está sufriendo una contracción importante, lo que genera menos ingresos para la recuperación de los espacios naturales, así como la financiación para los programas de protección ambiental. Por otro lado, sectores como el de la acuicultura también han experimentado cambios por pérdidas económicas . En Chile, señala el artículo, la reducción de la demanda de salmón en el mercado internacional está afectando a la industria pesquera.
A estas afectaciones se suma la reducción presupuestal para el medio ambiente en distintos gobiernos. En Ecuador, por ejemplo, el gobierno anunció recortes en el área ambiental, algo similar a lo que sucedió con México. Y si bien es cierto que la mayoría de países de América Latina cuentan con marcos legales importantes para proteger el medio ambiente, difícilmente estos se pueden cumplir con las pérdidas económicas que ha ocasionado la pandemia. Actualmente, los países de la región están entrando en una etapa de recesión importante y con un aumento de deudas que impactará en el desarrollo económico y en el medio ambiente.
Conclusiones
Las proyecciones económicas sugieren que la región experimentará una crisis sin precedentes en su historia moderna. Para superarla, las naciones deberán diseñar políticas que logren conciliar la reactivación económica con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Con la pandemia, no obstante, se abren unas ventanas de oportunidad: las ciudades pueden aplicar medidas y replantear el transporte para mantener bajos índices de contaminación y, frente a la deforestación, los Estados pueden implementar medidas para proteger los parques nacionales, los resguardos indígenas y los ecosistemas estratégicos.
Teniendo en cuenta que la región está atravesando una crisis de salud pública por el Covid-19 y hasta ahora están comenzando a hacerse evidentes los efectos de la crisis económica, los gobiernos deben replantear sus rumbos para prevenir un retroceso importante en los avances que se han hecho para cumplir con los ODS. Para lograrlo, es necesario comprender los impactos de la pandemia en el medio ambiente y en diferentes tipos de poblaciones.
Para la reactivación económica, los países de la Unión Europea están planteando una economía que disminuya las emisiones de gases efecto invernadero (GEI). No obstante, en este artículo los autores se preguntan si América Latina y el Caribe pueden plantear lo mismo teniendo en cuenta el contexto económico y social. ¿Cómo adaptarse al cambio climático después del Covid-19? ¿Cómo hacerlo en una región con altos índices de desigualdad social y bajos niveles de desarrollo tecnológico? Buscar respuestas para estas preguntas será una tarea indispensable de los gobernantes de la región.
Para leer el paper completo haga clic aquí
También lo invitamos a leer el siguiente análisis de la profesora María Alejandra Vélez, Jorge Higinio Maldonado y Jorge A. Bonilla Londoño: https://www.elespectador.com/noticias/economia/buenas-o-malas-noticias-para-el-medioambiente/