Intercambio de experiencias: midiendo el avance de los ODS a nivel local
El taller organizado por el CODS y SDSN se enfocó en experiencias novedosas de medición en los avances de ODS a nivel local
1/1/2019
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(Bogotá, 5 de diciembre de 2018) Varias organizaciones de América Latina y el Caribe que trabajan en la implementación y medición de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se reunieron en la Universidad de los Andes en Bogotá para compartir sus experiencias en el esfuerzo por implementar estas metas a nivel de las ciudades. La calidad de los indicadores, el monitoreo, las alianzas entre el sector público y el privado y la movilización y el cambio de comportamiento en la sociedad, fueron algunos de los temas discutidos y sobre los que se presentaron lecciones y retos.

“Queremos tener mejor información e indicadores para medir los logros de los ODS en los países de la región, de manera que podamos tener un ranking y una mejor evaluación de cómo vamos en esos logros”, dijo Felipe Castro, subdirector del Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de América Latina y el Caribe – CODS en la instalación del “Exchange of Latin-American experiencies: monitoring the Sustainable Development Goals ate the local level”. “Una de las prioridades para el 2019 es la urbanización sostenible, lo que incluye la transición hacia la energía renovable, la promoción de sociedades pacíficas y la lucha contra las drogas ilícitas”.

El interés por los ODS está creciendo de manera exponencial y cada vez más gente quiere empezar a aplicar estos objetivos a nivel subnacional, en particular en las ciudades”,  dijo Melika Edquist, de SDSN. “¿Qué es factible, útil y funcional? ¿Cómo integrar los esfuerzos a nivel nacional con los esfuerzos a nivel local? ¿Cómo podemos aprender de la experiencia de otras ciudades que han avanzado en la aplicación de los ODS? Esto es parte de la discusión que queremos tener”. Edquist señaló que los indicadores a nivel nacional no siempre son útiles para medir los logros al nivel metropolitano.

Experiencias novedosas en la región

Luis Sáenz, de la Red de Ciudades Cómo Vamos, un programa que monitorea los avances socio- económicos de 16 ciudades de Colombia, contó que han creado una ‘caja de herramientas’ para que las ciudades puedan identificar metas a 2030 e indicadores para medirlos, a través de una plataforma de datos abiertos. Como ejemplo, Sáenz explicó que, frente a las metas nacionales de ODS, “algunas ciudades ya han superado esas metas, por lo que es importante crear rangos para que las ciudades puedan saber que tan bien o mal están frente a la meta nacional, como un semáforo: entre más verde, mejor están las ciudades y, entre más rojo, más les falta por mejorar”. Por eso, Sáenz recomendó agrupar ciudades, pues no todas tienen las mismas características, retos, logros o niveles de desarrollo. “Este es un proyecto a largo plazo, por eso es clave dividir el trabajo en fases”, dijo Sáenz sobre el proyecto, el cual opera con el apoyo de Fundación Corona y Columbia University.

Sáenz dijo que Ciudades Cómo Vamos ha identificado retos especiales para las ciudades colombianas en temas como la pobreza, la inequidad, la educación, el cambio climático y la seguridad. Para enfrentarlos hizo énfasis en la importancia de crear alianzas entre el sector público y el privado, proveer estadísticas locales que pueda compartirse y compararse en plataformas abiertas y activar la participación ciudadana a través de estrategias pedagógicas.

Alain de Remes, del CIDE de México, habló sobre el proyecto creó un índice para monitorear 56 ciudades del país con 107 indicadores sociales y económicos, y con datos levantados a nivel municipal sobre 16 de los ODS. “Este es un proyecto pionero que permite medir el grado de satisfacción de los ODS en México para saber cómo puede mejorarse y en qué se debe orientar el esfuerzo”, dijo Remes. Esta especie de ranking muestra los peores y los mejores resultados para cada ODS en cada una de estas ciudades de México y permite tener un tablero de control que muestra progresos y alertas. Según Remes, el promedio de las 56 ciudades de uno a 100, siendo 100 el mejor desempeño, es de 49.48. “Esto muestra que a México le falta mucho por implementar de los ODS, sobre todo en las ciudades”, dijo Remes. El proyecto fue financiado por un actor privado, Citi Group.

Por su parte, Cid Blanco del Observatorio Metropolitano de ODS – Metrods de Brasil, resaltó la importancia de trabajar para fortalecer la incidencia y la presión que la ciudadanía puede ejercer para cumplir las metas, pues no todas las autoridades municipales están al tanto de estas metas y eso impide que sus políticas apunten en la dirección correcta. “Lo que hacen los gobiernos y lo que la gente necesita es a veces muy diferente”, dijo y resaltó la importancia de trabajar más en el terreno y a nivel local que desde la teoría.

Blanco recordó una realidad de las ciudades brasileras (similar al resto de América Latina), que es la desigualdad de las zonas metropolitanas. También indicó que muchas ciudades tienen grandes porciones de zona rural, por lo que algunos indicadores deben enfocarse o ajustarse a esa realidad. Citando el caso de un proyecto en Belo Horizonte, en el Estado de Minas Gerais, Blanco explicó también que a veces los proyectos o planes de las ciudades chocan con la política en el nivel federal o nacional, generando fricciones que frenan la implementación de los ODS.

Nicolás Estupiñán, coordinador de la Unidad de Transporte Urbano del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), presentó el trabajo del Observatorio de Movilidad Urbana (OMU) y habló de su relación con la medición de ODS en el nivel local. La principal labor de OMU ha sido la recolección de información relevante respecto al transporte urbano en ciertas ciudades grandes de América Latina con el fin de identificar tendencias y posibles problemáticas. En la actualidad cuentan con mediciones de oferta y demanda del transporte urbano, gestión del tránsito, aspectos ambientales, tarifas, entre otros, para 29 ciudades de la región. Esto, comenta Estupiñán, convierte la iniciativa en una herramienta sumamente poderosa e influyente en la toma de decisiones en materia de políticas públicas de transporte urbano, así como en la priorización de recursos para ello.

De este trabajo, se pueden extraer diversas lecciones relevantes para medir el progreso en cumplimiento de ODS por parte de las ciudades latinoamericanas. Un primer desafío identificado por Estupiñán tiene que ver con la recolección de datos. Los primeros esfuerzos en esta materia consistieron en enviar cuestionarios y hacer preguntas a autoridades locales pero esto tuvo poco impacto y prefirieron llevar a cabo el proceso de recolección por medio de consultores in situ.  Igualmente, resaltó la dificultad en hacer que esta información fuese de mayor relevancia para los hacedores de política pública. Para esto último, los recientes esfuerzos del OMU se han concentrado en estandarizar la información en unidades de análisis comparables entre ciudades, transformar “datos crudos” en información de calidad y relevante para los hacedores de política pública a nivel local y entender cómo las múltiples agendas globales pueden funcionar de manera conjunta para alcanzar los objetivos de las ciudades.

Medición local de ODS: la experiencia del Caribe

Igualmente, en el taller se discutió sobre la situación de algunos países rezagados en planes o en información para poder avanzar hacia las metas de los ODS. Diana Thornburn, de CAPRI, una organización basada en Jamaica que trabaja en varias islas del Caribe, explicó que hay un vacío de información que deja a unos 12 países del Caribe fuera de la posibilidad de reportar sus logros de los ODS, lo que acentúa la brecha de capacidades de la región. Por ello, han hecho un trabajo de entrenamiento y fortalecimiento institucional para mejorar la recolección de datos y la calidad de estos. El trabajo se enfocó en cuatro islas (Antigua y Barbuda, Dominica, St. Kitts Nevis y Santa Lucía) dónde se aplicó un piloto de recolección de datos, que en ocasiones no existen o, si existen, deben ser digitalizados para poder procesarlos. “Hay que aumentar la capacidad de análisis y sofisticarla”, señaló Thornburn y dijo que es preciso aprovechar la capacidad de las universidades y centros de investigación del Caribe para asistencia técnica en recolección y análisis de los datos. También dijo que es importante centralizar la recolección de estos datos.

Otras islas del Caribe, en cambio, presentan avances llamativos. Tim Polaszek, de Wolfs Company, organización holandesa que trabaja en Aruba, explicó de qué manera esta isla dónde el turismo es el 88% del PIB, decidió incorporar los ODS en su estrategia de sostenibilidad. “Aruba depende del turismo y del capital natural que tiene”, dijo y explicó que el gobierno de la isla priorizó algunos ODS (vida marina y cambio climático, primero) y definió una serie de aceleradores para lograr sus metas.

La experiencia de Los Ángeles en la localización de los ODS

A la conversación se sumó Erin Bromaghin, asesora del alcalde de Los Ángeles, EE.UU. y encargada de los proyectos de sosteniblilidad, que explicó de qué manera la ciudad incorporó los ODS a sus planes y políticas. La decisión que tomó el alcalde Eric Garcetti en 2017 fue un esfuerzo que buscaba alinear su planes, presupuesto y grupos de interés con los ODS. “Esto nos permitió identificar los vacíos en nuestros planes y fijar prioridades”, dijo Bromaghin.

Por ejemplo, descubrieron que Los Ángeles presenta peores índices de inequidad de género y educación que la media del país: 25% de las mujeres (de más de 25 años) que viven en la ciudad no tienen ningún grado escolar, mientras en el resto del país es de 13%. Decidieron, entonces enfocar esfuerzos en este problema, con un acercamiento más holístico.

Alinear sus planes con los ODS les permitió también tener un lenguaje común con otras ciudades —tanto en los Estados Unidos como en otros países— y, así, compartir datos, metodologías y lecciones aprendidas. Por ejemplo, Los Ángeles adoptó experiencias de ciudades como Nueva York, Boston y San Francisco, también vulnerable al aumento del nivel del mar y sequías extremas. Lo mismo con ciudades muy diferentes y lejanas como Quito (Ecuador), para desarrollar indicadores de desempeño, y Copenhague (Dinamarca), para tener análisis de las posibilidades de lograr las metas.

Una de las estrategias de la ciudad para trabajar en estas metas fue crear equipos de trabajo divididos en tres ramas: con el sector público, con el sector privado y con organizaciones sin ánimo de lucro. Con ellos, crearon un Comité ODS donde participan los tres sectores. “Aprendimos que es crítico tener una persona responsable que pueda coordinar todas estas acciones”, dijo Bromaghin. Finalmente, la funcionaria dijo que la implementación de esas metas depende en gran medida de compromiso por parte de las comunidades a nivel barrial o local.

Conclusiones y próximos pasos

La localización de los ODS es un elemento clave para avanzar en su implementación. Es en los entornos locales, en las ciudades, donde suceden buena parte de las transformaciones que permitirán materializar esta agenda. La medición de estas transformaciones son un elemento necesario para alinear a los diferentes actores y poder determinar hasta qué punto se está avanzando en su implementación.

Como se pudo evidenciar en este taller hay múltiples iniciativas, muchas de ellas novedosas, que intentan avanzar en este sentido. Es indispensable que desde la región de América Latina y el Caribe se sumen esfuerzos para compartir y sistematizar estas buenas prácticas. Así mismo, es de gran utilidad contar con medidas transversales que permitan la comparación entre las principales ciudades de la región.

Para avanzar en esta conversación, el CODS impulsará en 2019 una agenda de localización de ODS y medición en la principales ciudades de América Latina y el Caribe. A través de varios encuentros y talleres técnicos buscará la articulación de las diferentes iniciativas y llamará la atención de las autoridades locales en cada país de la importancia de adoptar medidas a nivel subnacional para avanzar en el cumplimiento de los ODS. Adicionalmente, planteará a partir de las diferentes metodologías existentes la hoja de ruta para contar con un índice ODS a nivel de ciudades que facilite la comparabilidad y permita establecer una batería de indicadores común a los retos que enfrentan las principales ciudades en nuestra región.

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