Nuestro planeta, nuestro futuro
Manuel Rodríguez, profesor emérito de la Universidad de los Andes, ex ministro del Medio Ambiente de Colombia y miembro fundador del CODS en entrevista con Lorenzo Morales, expone a través de su libro: “Nuestro planeta, nuestro futuro”, la preocupación y las posibles soluciones a las que el mundo se enfrenta hoy en día por el deterioro ambiental.
19/9/2019
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Escuche el podcast sobre el nuevo libro de Manuel Rodríguez completo aquí:

“El Futuro del planeta está en manos de los niños y los jóvenes de hoy”: a mi nieta Amapola. Así comienza el relato en once capítulos y más de 400 páginas, donde el autor narra cómo el mundo está atravesando por una crisis ambiental con el cambio climático y el declive de la biodiversidad. Ilustra datos del panorama global, del papel de Colombia frente a esta situación, de las sequías, la agudización de los huracanes, el deterioro del suelo, la extinción de algunas especies, la sobreexplotación marina, la contaminación del aire y del agua, y el número de víctimas que año tras año deja estos fenómenos, entre otros temas.

En su primer capítulo “el planeta tierra en el antropoceno”, el autor describe cómo la humanidad ha tenido un gran progreso, sin antecedentes en la historia, y la rapidez como hemos venido evolucionando que está llevando a que la biodiversidad se altere, y puesto en riesgo la vida de millones de especies alrededor del mundo.

“Nunca antes había existido en el planeta tanto bienestar y prosperidad, pero productor de esto, hemos tenido que vivir un costo ambiental muy alto que nos ha llevado a vivir en una crisis ambiental y por ende debemos comprender cuáles son las salidas hacía el futuro, buscar con prontitud las soluciones más efectivas para Colombia y para el mundo”, enfatiza Manuel Rodriguez.

“La protección de la casa común, la defensa de este bien colectivo, es el humanismo del siglo XXI”

 

Lanzamiento del libro de Manuel Rodríguez Becerra el pasado 21 de agosto en el Gimnasio Moderno de Bogotá moderado por Briguitte Baptiste

Frente al tema de las ciudades, ¿son un monstruo o una oportunidad? En las ciudades habita el 54% de la población mundial, se produce el 85% de su actividad económica y se concentra un consumo de energía, construcción, actividad industrial y tráfico en una escala sin antecedentes en la historia.

Manuel enfatiza en que estas son, sin duda alguna, el gran escenario del drama humano. “Las ciudades representan una oportunidad única para resolver los problemas ambientales del mundo”.

En el tema de la responsabilidad por los daños ambientales que estamos teniendo, el  autor dice que es equivocado suponer que los problemas se resuelven en un Ministerio del Medio Ambiente. “Estos los resolvemos re orientando la actividad agrícola, la actividad minera y petrolera, y más aún re orientando las ciudades”. Estos son los tres principales ámbitos donde, según Rodríguez, se puede resolver la crisis ambiental actual, tratando de mantener los grandes logros de la civilización contemporánea que están montados sobre los combustibles fósiles pero que deben ser sustituidos.

“Las ciudades representan una oportunidad única para resolver los problemas ambientales del mundo”

¿Son las personas que habitan en las urbes las más desconectadas del mundo en que vivimos? “Cuando uno no siente la naturaleza es muy difícil ser sensible por ella, y frente a esto, las ciudades tienen un reto enorme de llevar a la gente al territorio, que lo palpe, que lo olfatee, etc.”, recalca Manuel

En esta medida, los  principales retos que tiene las ciudades en América Latina y el mundo son, entre otras cosas,  mejorar la calidad de aire, del agua y el tema de basuras. Frente a este último, el autor afirma que los únicos que sufren la basura son los habitantes de los lugares pobres de las ciudades donde hacen los rellenos sanitarios, como ejemplo el relleno de Doña Juana.

“La tesis de hoy en día, es que no podemos seguir produciendo basura, que esta debe ser materia prima para otros usos. Hablamos de basura cero, uno a través del reciclaje, de la reducción del consumo, y dos a través de la reutilización de muchos desperdicios”

La continuidad entre ciudad y área rural es una de las nuevas visiones del siglo XVI. Parte del soporte de la ciudad está en los ecosistemas estratégicos cerca de las urbes, muchas ciudades nutren su agua de los páramos los cuales se deben proteger, y los ciudadanos deben pagar para asegurar la protección de los mismos y su rehabilitación en caso de ser necesario.

“La tendencia es cada vez más a empujar de manera fuerte la creación de áreas verdes en las ciudades, como ejemplo la Reserva Thomas van der Hammen, que es un área de 1.400 hectáreas, donde se restauraría bosque, se harían actividades agrícolas sostenibles, áreas de recreación, entre otras actividades”, afirma Manuel Rodríguez.

“La protección de la casa común, la defensa de este bien colectivo, es el humanismo del siglo XXI”

El autor también afirma que, respecto a los Planes de Ordenamiento Territorial, son un instrumento fundamental para mantener el equilibrio en las ciudades, sin embargo, en Colombia es objeto de una enorme corrupción. “Tenemos el peor ejemplo en la sabana de Bogotá, donde hay una gran dispersión urbanística y volteo de tierras por toda la sabana, hay ciudades desordenadas, sucede todo lo contrario, a lo que hoy por hoy se conoce como las ciudades del siglo XVI altamente concentradas y densas, con áreas de recreación, espacios públicos,  espacios naturales”, enfatizó.

Finalmente respecto a las ventajas que pueden llegar a tener la densificación de las ciudades, Manuel dice que hay muchas, entre ellas el ahorro de energía y en costos de servicios, porque a medida en que se expande la infraestructura de las ciudades trae beneficios. Sin embargo,  se debe buscar tener mayores áreas de tierra para la agricultura y para la protección de los ecosistemas. “La idea es hacer una ciudad amable, con espacios públicos, sitios de recreación, sistemas de servicios públicos, buenos sistemas de transporte, entre otros.

Manuel Rodriguez, menciona que, paralelo a su conocimiento en el campo ambiental ,y gracias a su contacto con el mundo empresarial, entendió que a la gente le cuesta mucho comprender el enorme lió en el que estamos viviendo, y fue precisamente este análisis lo que le permitió entender que los temas de los que trata su libro debe ser entendible por todos los públicos.

“La protección de la casa común, la defensa de este bien colectivo, es el humanismo del siglo XXI”, concluye Manuel Rodríguez.

 

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