Torsten Krause, profesor del Center for Sustainability Studies de la Universidad de Lund (Suecia), considera que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) deben entenderse como un sistema complejo —no como ‘cajas independientes’—, pues la biosfera, la sociedad y la economía deben verse como una unidad.
El experto estuvo a cargo del tercer seminario del Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para América Latina y el Caribe (CODS), en asocio con la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes y la organización Environment for Development (EfD) que se llevó a cabo en Bogotá el pasado 21 de marzo.
En su charla titulada “Caza de fauna forestal en Amazonas” , Krause resaltó que los bosques no son simplemente una aglomeración de árboles, sino que tanto la fauna silvestre como las poblaciones locales representan una parte integral de los ecosistemas forestales.
Por un lado, con relación a las comunidades que residen en estas zonas, Krause afirmó que “la gobernanza forestal equitativa y efectiva debe reconocer y trabajar con las personas locales e indígenas que habitan en la zona, pues estas son una parte inherente a los bosques”.
Es decir que, con el propósito de implementar correctamente los ODS en la Amazonía, es de vital importancia tener en cuenta las necesidades, los recursos e, incluso, la cultura de sus pobladores. Por ejemplo, explicó que la estructura de normas económicas y sociales de las poblaciones indígenas ayudan a mantener un equilibrio en la conservación del ecosistema.
“La fauna silvestre es fundamental para la supervivencia del bosque. Los primates [por ejemplo] son una especie clave para la dispersión de semillas. El tráfico de fauna silvestre amenaza la supervivencia de nuestros bosques”, dijo Krause. En otras palabras, Krause indicó que la conservación forestal no depende únicamente del cuidado los árboles, sino que también implica proteger las diferentes especies que habitan al interior del bosque.
Posteriormente, Krause mencionó que cada año se comercializan más de 473 toneladas de carne de fauna silvestre en la región fronteriza del Amazonas —entre Colombia, Perú y Brasil—. Esto representa una amenaza no solo para la biodiversidad de la región, sino también para el ecosistema de bosques. Con respecto a la caza de animales silvestres, la problemática reside en la falta de información: si bien existen muchos estudios sobre la actividad agropecuaria, debido a que es una actividad legal, no hay suficiente investigación sobre la caza ilegal y, por ende, hay poca evidencia de cuáles son los efectos que dicha actividad tiene sobre la fauna y la conservación de los ecosistemas.
Ahora, cabe recordar que el invitado hizo énfasis en que la caza no necesariamente es nociva. Por el contrario, aclaró que si se hace de manera sostenible, esta podría beneficiar a las comunidades locales y contribuir a la conservación del ecosistema.