¿Qué son los servicios climáticos y por qué son importantes para mitigar la crisis ambiental que afronta el planeta? Esta pregunta fue clave durante el segundo panel del seminario internacional sobre el ODS 13 (Acción por el clima), organizado por el Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Universidad de los Andes (CODS) y la Universidad de West Indies. Este evento se llevó a cabo en Kingston,Jamaica, los días 4 y 5 de marzo.
Los servicios climáticos, en primer lugar, atañen a toda la población. De acuerdo con Naciones Unidas, “la mejor manera de definir un servicio climático es como un proceso que proporciona información y productos sobre el clima y que conlleva a predicciones de evolución probable estacional de lluvia o sequía (información), efectuadas por su organización meteorológica e hidrológica nacional (proveedor)”.
Urbanistas, agricultores, ingenieros, pilotos, funcionarios públicos; todos tienen en común la necesidad de acceder a información sobre el clima para desarrollar sus trabajos con éxito. Predecir la intensidad de una temporada lluviosa o tomar medidas frente a casos como el fenómeno del Niño, son dos ejemplos sobre la importancia de los servicios climáticos. El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), de Colombia, es un referente internacional en el área de servicios climáticos por su oferta en términos de datos, productos y servicios.
En el panel sobre servicios climáticos en Jamaica participaron diferentes expertos. La profesora Ana María Loboguerrero— PhD en Economía de la Universidad de California y directora de investigación y políticas globales en el Programa de Investigación sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS, por sus siglas en inglés)— habló sobre la ciencia climática y el campesinado en Colombia.
Loboguerrero hizo énfasis en los comités técnicos sobre agro y clima en comunidades locales, una iniciativa que desarrolla la organización a la que pertenece. Estos comités, presentes en países como Camerún, El Salvador y Colombia, han logrado que las comunidades rurales entiendan las variables científicas del clima y apliquen medidas de contención frente a las consecuencias que pueden padecer sus cultivos. Han sido, en otras palabras, un enlace entre expertos e investigadores del clima con campesinos y agricultores que requieren mayor información sobre los factores que afectan a sus cultivos.
Los pronósticos, establecidos por los agricultores locales y los representantes de instituciones del Estado, son utilizados como insumos para realizar reuniones mensuales en las que la comunidad local puede hablar con funcionarios del Estado para discutir, analizar y tomar decisiones sobre los cultivos. En estas reuniones se tocan temas como la predicción del clima local, el impacto en tiempo y espacio, la productividad de los cultivos, entre otros. Este proyecto ha logrado involucrar a 10 Estados, 300 instituciones y 500 productores que reciben, diariamente, información sobre el clima.
Por otro lado, el investigador Nicolás Hernández Higuera, del Instituto de Investigación Internacional de Clima y Sociedad (IRI), habló sobre herramientas digitales para fortalecer los servicios climáticos. El IRI y la Universidad de Columbia (Estados Unidos) desarrollaron servicios de asesoramiento climático y unas alertas digitales que, en 2030, llegarán a 100 millones de pequeños productores. Según Hernández, la relevancia de esa información y de las alertas depende en buena medida de qué tanto sean útiles para que los productores tomen decisiones a nivel local. Para lograr mayor participación, señaló, es clave que las interfaces de información sean accesibles para los agricultores.
A manera de ejemplo, el investigador habló sobre un estudio en la producción de café en México, Perú y Colombia. Él se interesó en este sector, pues con los efectos del cambio climático se estima que las tierras para la producción de café , por los cambios en las condiciones ambientales, pueden reducirse incluso en un 80%. Los cambios de temperatura están incidiendo en los patrones de lluvias y esto ha impactado en los cultivos de café. En este sentido, es clave que los productores accedan a información sobre el cambio climático para prevenir pérdidas económicas y afectaciones en la producción.
Hernández Higuera presentó, posteriormente, NextGen, una herramienta para hacer pronósticos sobre el clima, la temperatura, las lluvias, entre otros. Con esta herramienta se pueden establecer alertas que, a través de una interfaz digital, les permite a los productores saber cómo pueden afectar los factores externos ambientales a su producción. En el panel, diferentes personas hablaron sobre la necesidad de que las nuevas herramientas puedan contar con imágenes satelitales con precisión y mayor resolución para establecer mejores predicciones sobre los cultivos.
En el panel también participó Rosario Gómez, representante del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Metereología e Hidrología de Guatemala. En el instituto, señaló, se han desarrollado espacios de discusión entre los actores involucrados en información agroclimática, buscando incentivar nuevas prácticas de adaptación. A partir de estas discusiones han surgido nuevos modelos agroeconómicos que tienen en cuenta el conocimiento local y la información técnica.
Un ejemplo a seguir también es es el trabajo del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño, el cual trabaja desde 2005 en información climática para los siguientes países: Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Suriname, Perú y Venezuela. Alrededor de 8.000 entidades y usuarios técnicos reciben la información de este centro para prevenir temas concretos, como la desertificación y la degradación de las tierras. Este tipo de información busca ayudar a mitigar los efectos del cambio climático, pues recordemos que el fenómeno de El Niño afectó a 60 millones de personas en 23 países.