El el Centro ODS para América Latina y el Caribe (CODS) presentó el segundo webinar sobre los Sistemas de Información Geográfica (SIG) a través del proyecto CODSpace. En esta ocasión, tres ponentes hablaron sobre los análisis geoespaciales de los recursos hidrológicos y los sistemas de humedales.
En este webinar, moderado por Felipe Castro, director (e) del CODS, participaron Arturo Ruiz-Luna, investigador del CIAD (Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo) de México, Vera Camacho, investigadora de El Colegio de la Frontera Sur, en México, y Anabella Ferral, investigadora del Instituto de Altos Estudios Espaciales “Mario Gulich” en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
Los ponentes presentaron sus trabajos y reflexiones en relación con el uso de estudios geoespaciales para monitorear la conservación de diferentes ecosistemas hídricos y costeros en la región. Ruiz-Luna, para empezar, habló sobre el uso y la evolución de los SIG en los estudios sobre cuerpos de agua como los humedales y cómo estos han impactado a las poblaciones locales.
Por otro lado, la presentación de Camacho se centró en los servicios ecosistémicos y en metodologías novedosas como el uso de bases de datos socioeconómicos y fotografías de Flickr para estudiar diferentes ecosistemas. Por último, Ferral ahondó en los estudios de los recursos hídricos e hidrológicos teniendo en cuenta la calidad y la cantidad del agua disponible para poblaciones locales diversas.
Felipe Castro, director (e) del Centro ODS, explicó que esta serie de webinars son muy importantes para conectar a diferentes investigadores de la región, “aprender de sus trabajos, replicar y expandir los conocimientos que están generando en América Latina y el Caribe”. Con cada uno de los trabajos que presentaron, el Centro “puede ampliar el uso de nuevas herramientas para estudiar el cumplimiento de los ODS”.
Desarrollo tecnológico para medir la vulnerabilidad
Arturo Ruiz-Luna, biólogo con Maestría en Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México y doctor en Biología de la Universidad de Barcelona, habló sobre el desarrollo tecnológico en los sistemas de información geográfica y explicó cómo funciona el proceso de teledetección, en el cual “se obtiene información de un objeto, fenómeno o material de interés sin estar en contacto directo con él, utilizando sensores que captan y registran la energía electromagnética reflejada o emitida desde la superficie”.
Hoy, explicó Ruiz-Luna, las fuentes de energía se pueden estudiar a través de distintos sensores, desde drones hasta satélites; instrumentos que reciben y codifican esa información para luego ser procesados con softwares especializados según la necesidad de estudio. “En los años 60 esto no era posible. Pero desde el año 1972, cuando se lanzó el primer satélite Landsat, hemos progresado mucho en el desarrollo de las tecnologías espaciales. Hoy tenemos seis satélites Landsat funcionando y decenas de otros tipos en el espacio”.
En términos de resolución, en un comienzo las imágenes podían verse en una calidad de 80 metros por 80, mientras que hoy incluso los satélites se pueden acercar hasta los 10 metros. “Cada vez hay más detalles en las imágenes, por eso hemos podido usar estas tecnologías para evaluar las condiciones hidrológicas a nivel de cuenca, ecosistemas o incluso de municipios”.
En los últimos años se han presentado una serie de proyectos que tienen como objetivo común la medición de los estudios hídricos teniendo en cuenta determinados ODS, como los 13, 14 y 15. “Desde la Comisión Nacional de Biodiversidad, por ejemplo, hemos desarrollado sistemas de monitoreo de manglares teniendo en cuenta sus aspectos sociales”, dijo . A manera de ejemplo, Ruiz-Luna presentó el Inventario Nacional de Humedales que se realizó con imágenes de Landsat en México entre 2009 y 2012.
Para terminar, Ruiz-Luna demostró cómo la tecnología geográfica satelital puede ser útil para medir la vulnerabilidad de ciertos territorios frente a fenómenos como el cambio climático. El ponente habló sobre un estudio en la región del noroeste mexicano, en el que se evaluaron 32 municipios costeros, la diversidad en sus coberturas naturales, los usos de suelo y las diferencias socioeconómicas. En este caso se aplicó lo que el expositor llama los “análisis integrales de vulnerabilidad”, los cuales miden las condiciones económicas, el desarrollo social, los estándares de vida, la exposición geográficas y los intensificadores de riesgo.
Estudiar los servicios ecosistémicos con SIG
Vera Camacho, oceanóloga de la Universidad Autónoma de Baja California con Maestría en Ciencias y Manejo de Recursos Marinos del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas y doctora en Manejo Ambiental del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, centró su presentación en los servicios ecosistémicos, los cuales aportan diferentes beneficios a las sociedades de acuerdo con sus características.
Los servicios ecosistémicos, como explicó Camacho, pueden ser de regulación, apoyo o culturales, y ofrecen bienestar en términos de seguridad, salud, relaciones sociales y libertades de elección y acción. En líneas generales, los servicios ecosistémicos muchas veces tienen un valor económico pero también uno biofísico. Lo más importante de este concepto, dijo, es el bienestar que le generan a la población diferentes tipos de ecosistemas. Estos servicios están directamente relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y pueden ser estudiados con los sistemas de información geográfica.
“La generación de servicios ecosistémicos y los flujos de valor han hecho que la representación en mapas para efectos de planificación esté siendo más importante y hoy en día se considera una de las principales herramientas para la toma de decisiones en planeación ambiental”, señaló Camacho.
En el caso de estudio presentado por la ponente, “Delta del río Usumacinta : análisis espacial basado en fotografías de las redes sociales”, Camacho demostró que con técnicas innovadoras se pueden estudiar los servicios ecosistémicos culturales y el patrimonio histórico. En este caso, usuarios de redes sociales produjeron y compartieron en línea un gran volumen de fotografías y datos georreferenciados en la zona de estudio para luego ser analizados a gran escala.
Para este caso se obtuvieron 6.317 fotografías geoetiquetadas y se contó con el apoyo de 499 usuarios de Flickr. En el proceso participaron usuarios o residentes de Campeche, Chiapas o Tabasco y visitantes extranjeros en la zona . De las 6.317 fotografías, el 55% se asociaron con uno o más servicios culturales . “Los bosques tropicales y las coberturas de tierras agrícolas”, dijo Camacho, “ se encuentran entre los sistemas más fotografiados por todos los tipos de visitantes. Esto de manera consistente con el hecho de que las ruinas mayas se asocian principalmente con estos dos tipos de cubierta de tierras”.
Estudio del agua en diferentes escalas
Para finalizar, Anabella Ferral, licenciada y Doctora en Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Argentina, hizo una presentación detallada sobre los estudios a través de SIG de los recursos hídricos. Solamente el 1.2% del agua en el mundo, dijo, está en ríos o lagos en el planeta y está sufriendo contaminación por diferentes causas, tanto por metales pesados, como por hormonas, microplástico, derrames, proliferación masiva de algas, sobrexplotación, entre otros.
Con el cambio climático, señaló, las variaciones en los procesos hidrológicos serán fundamentales para medir las afectaciones para la humanidad. Las inundaciones, la acidificación de los océanos, los cambios de temperatura, entre otros, son fenómenos que pueden ser estudiados a través de imágenes satelitales en diferentes capas.
“Si uno tiene a lo largo del terreno distintas capas de información y distintos datos puede ir formando una firma espectral que permite clasificar el agua y la vegetación, por ejemplo. Todo esto se puede hacer con sensores remotos montados en plataformas satelitales”. La precisión es alta e incluso puede funcionar para medir los indicadores de los ODS relativos a los ecosistemas marinos y terrestres.
A manera de ejemplo, Ferral mostró casos de estudio en los que se miden indicadores de los ODS, como el monitoreo de un sitio RAMSAR mediante la aplicación de índices espectrales simples, y otro monitreo sobre los procesos de eutrofización y ocurrencia de explosiones algales en reservorios de agua para el consumo humano. También mostró otro proyecto en el que se elaboraron mapas de riesgo de inundación a partir del modelo de vulnerabilidad y amenaza.
Ferral, además de explicar el estudio en la Laguna de Mar Chiquita — el lago más salado de América Latina— con SIG, mostró cómo la tecnología satelital puede servir para medir fenómenos como la eutrofización, la cual afecta directamente al agua con la pérdida de nutrientes. De la misma manera, mostró cómo, a través de datos espaciales, se puede evaluar la aireación artificial, la calidad del agua, la detección de floraciones de algas y la diferenciación de especies nocivas.
Para finalizar, Ferral señaló que “la tecnología satelital y el uso de SIGs representan un cambio de paradigma en la gestión de los recursos naturales, pues permiten su monitoreo con una alta resolución temporal, espacial y espectral, brindando datos cuantitativos y cualitativos”.
Para ver el segundo webinar del CODSpace, haga clic en el siguiente enlace: