La COP28 desde ojos expertos
En el marco de la COP28 y con la expectativa de alcanzar las metas pactadas en los acuerdos de París se reunieron más de 80000 actores clave en Los Emiratos Árabes del 30 de noviembre al 13 de diciembre de 2023 . En esta COP 28, se lograron avances significativos para el compromiso de los objetivos globales como el acuerdo sobre “una transición para dejar atrás los combustibles fósiles”, y los compromisos para triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética para 2030.
No obstante, insisten los activistas y las entidades participantes sobre la importancia de persistir en la veeduría ciudadana para rectificar que los audaces compromisos allí pactados por organizaciones internacionales y países avancen de forma eficiente y completa y estos tratados se conviertan en acciones. Es fundamental conocer la experiencia de activistas jóvenes cuya agenda se atañe puramente a su deseo de mejorar el presente y el futuro de las personas y los ecosistremas, sobre todo aquellos más vulnerables ante la inminente crisis climática.
Entrevista Juliana Andrade COP28
Invitamos a Juliana Andrade, representante de la LCOYCO3 (Conferencia Local de Juventud sobre Cambio Climático) en la COP28, a contarnos su experiencia durante esta importante reunión y cuáles fueron los puntos clave que se discutieron y que le servirán de guía para continuar desempeñando su papel crucial como investigadora comunitaria dentro de LCOY Colombia, centrándose en un enfoque de género y étnico en la mitigación y prevención de riesgos y efectos del cambio climático. Juliana es una mujer rural, joven campesina y Quillacinga, de Botanilla, vereda al sur de la ciudad de Pasto en Nariño, Colombia. Actualmente, ella es estudiante de Geografía en la Universidad de Nariño.
Desde el 2022 es miembro activo del Grupo de Investigación en Geografía Física y Problemas Ambientales Terra, además, es investigadora comunitaria en temas ambientales y formadora en educación ambiental en zonas rurales. Colabora con la organización Tejiendo pensamiento, promoviendo la justicia climática y apoyando la iniciativa “Mujeres Urdiendo en la Ciencia”.
¿Qué compromisos significativos se han hecho por parte de los países participantes en la COP28 para abordar el cambio climático?
Juliana comenta que existe evidencia de vacíos estructurales que dan pie a percepciones ambiguas y a compromisos confusos firmados en la culminación de la COP28.
En primer lugar, menciona que después de conversaciones entorno a la reducción o eliminación del uso de combustibles fósiles se acordó una transición hacia la eliminación de combustibles fósiles (gas, petróleo y carbón). Esto, por medio de un pacto de reducción gradual de combustibles fósiles, que no es vinculante y tiene varios obstáculos para la aplicación de este alejamiento gradual en países dependientes de los derivados fósiles.
En segundo lugar, Juliana menciona que el balance global no ofrece suficientes medidas para fortalecer la acción climática en su objetivo de limitar el calentamiento global entre 1,5 y 2 grados centígrados. Alineado con este problema, no se presentan diferenciaciones entre los cursos de acción necesarios para cumplir este objetivo por parte de los diferentes países con relación a su nivel de desarrollo y niveles de vulnerabilidad. Especialmente al revisar los casos de países insulares.
En tercer lugar, se recalca la importancia del compromiso para detener la deforestación a 2030 a pesar de las discrepancias que rodean el tema. En la COP 28, se adoptó la Declaración de Dubái sobre la Deforestación, en la que los países se comprometieron a detener y revertir la deforestación y la degradación forestal a nivel mundial para 2030. El acuerdo también estableció un objetivo intermedio de reducir la tasa de deforestación mundial a la mitad para 2025.
Según el informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), la deforestación es responsable de aproximadamente el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Los bosques son fundamentales para la regulación del clima, la biodiversidad y la seguridad alimentaria.
Finalmente menciona con optimismo la firma de más de 80 países a la declaración de paz, recuperación y clima. Esta declaración multiactor se compromete a realizar acciones colectivas audaces que apunten a la resiliencia climática de los territorios, recordando la promesa de no dejar a nadie atrás y reconociendo la importancia de proteger a las comunidades, así como a los ecosistemas. Insiste además en que es fundamental el aumento y monitoreo del financiamiento local y regional con énfasis climático que impacten de forma positiva a países más afectados por conflictos internos y vulnerabilidad climática.
¿Cómo ve la inclusión de las niñeces y juventudes en la toma de decisiones?
Las juventudes exigieron que los políticos responsables den prioridad a las necesidades de los millones de niños y niñas del mundo que sufren desplazamientos por catástrofes naturales. Estas catástrofes no solamente afectan negativamente el desarrollo de las niñeces y el ejercicio de sus derechos y deberes, sino que impone mayores cargas para las madres y mujeres encargadas del cuidado.
Así mismo, las juventudes dejaron una declaración mundial que fue entregada a los delegados de la COP28 para que se promueva el empoderamiento y la educación juvenil para romper las barreras que impiden que este sector de la población participe de la toma de decisiones para construir agendas transversales, interétnicas e incluyentes con comunidades campesinas, afro, indígenas y diversas. Hacen hincapié también en que la crisis climática evidencia la crisis educativa y en esa medida es fundamental garantizar la financiación de estrategias que respondan a las complejidades asociadas a esta problemática.
Adicionalmente piden que se abran espacios para hacer más accesible la información presentada y las decisiones tomadas para el entendimiento de la ciudadanía. Dado que el lenguaje técnico, legislativo y el idioma oficial (inglés) dificulta el acceso a la información por parte de gran parte de la sociedad.
Además, menciona con preocupación la urgencia de marcos legislativos y regulatorios que protejan los derechos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes activistas y además faciliten el financiamiento de proyectos de impacto que se desarrollan localmente.
¿Qué medidas se están tomando para ayudar a las comunidades más vulnerables?
En la declaración de recuperación y clima, se establece el compromiso con la resiliencia climática, refiriéndose a acciones que los países deben llevar a cabo a gran escala y con prontitud. La Resiliencia Climática también se compromete con la cooperación internacional, prestando especial atención a los países en vía de desarrollo y adoptando un enfoque específico hacia las comunidades más vulnerables frente a los cambios climáticos. La declaración busca beneficiar especialmente a naciones insulares que ya ven los efectos del cambio climático, con atención en recursos financieros, capacidades técnicas e institucionales, reconociendo la fragilidad que tienen por su ubicación geográfica y los conflictos internos que aumentan su vulnerabilidad.
Además, se acordó la creación de fondos destinados a recopilar el conocimiento ancestral de diversos pueblos, con el fin de facilitar la participación de estas comunidades en países como Brasil.
¿Hubo compromisos concretos en términos de financiamiento para la mitigación y adaptación al cambio climático?
A pesar de la creación de un fondo específico para abordar pérdidas y daños, Juliana argumenta que este presenta vacíos estructurales que obstaculizan el logro de su propósito original. La dependencia de aportes voluntarios y la asignación de recursos a proyectos fuera del marco de la convención plantean interrogantes sobre la gobernanza de los territorios afectados. Estos fondos son de difícil acceso ya que están suscritos a términos del Banco Mundial y el hecho de que el Banco requiera el 25% del total del fondo, impide que las naciones puedan acceder con facilidad a estos recursos pues aumentaría el endeudamiento nacional. En consecuencia, la movilización de recursos no será tan efectiva como se esperaría.
El financiamiento a los países para la mitigación y adaptación al cambio climático se redujo en un 14% en 2021 respecto a los niveles de 2019, aspecto que contradice la promesa hecha en la COP26 de duplicar el financiamiento hacia 2025. Es fundamental que el financiamiento no solo se concentre en perdidas, sino también en estrategias que promuevan la resiliencia por parte de las comunidades con miras a la reducción de pérdidas ecosistémicas y minimización de los daños sufridos por las comunidades y países vulnerables.
¿Existieron iniciativas notables lideradas por la sociedad civil durante la COP28?
Juliana asistió como representante de LCOY Colombia. Esta organización le hizo entrega a Susana Muhamad de una declaratoria donde se hacen recomendaciones para la transición justa, pérdidas y daños de biodiversidad y seguridad alimentaria con perspectivas interétnicas y transversales desarrolladas por juventudes en consideración de aprendizajes locales y comunitarios a nivel nacional.
Durante la COP28 sucedió también una conferencia internacional de LCOY donde los jóvenes de diversas naciones diseñaron documentos base que permitan estandarización en materia procedimental y marcos comunes para promover la continuidad de los proyectos.
También la organización “Tejiendo pensamiento” hizo seguimiento a los temas: cambio climático y género, donde se habló de la experiencia de Senegal como referente del fortalecimiento de procesos inclusivos y fieles a la justicia climática. Asimismo, se sostuvieron mesas de diálogo con mujeres indígenas del Brasil quienes propusieron planes de trabajo integradores e incluyentes y se participó en paneles de perspectivas globales sobre la importancia de la libertad económica femenina por medio de trabajos dignos y la urgencia de derechos de la tierra y protección de los cuidadores.
¿Cuáles son los próximos pasos después de la conferencia?
Para LCOY, y acorde con el criterio de Juliana para todas las demás organizaciones también, el plan a seguir es sostener relaciones bilaterales de comunicación y cocreación de conocimiento donde, no sólo se intercede por las comunidades, sino se aprende constantemente de las experiencias de hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas.
A nivel regional y local, es clave que se protejan los ecosistemas, la biodiversidad y el equilibrio sistémico necesario para el bienestar humano y de los ecosistemas. Para el caso específico de Colombia es necesario mantenerse al pie de las decisiones de exploración y futura explotación de pozos petroleros pues es indispensable seguir pujando por la eliminación gradual de la dependencia en combustibles fósiles. También se requiere (tanto a nivel global como local) mayor concentración en garantizar los derechos humanos de las poblaciones y tener este punto como eje transversal de las agendas de los países. Sin embargo, ha sido una discusión difícil por los actuales contextos globales como guerras y conflictos internos.